Los investigadores han encontrado que las diferencias más notables se encuentran entre los cerebros autistas y normales es la forma de una pérdida de la capa de células de Purkinje del cerebelo, y la activación de la microglia, células que son esenciales para la respuesta inflamatoria. Según la revista Psychology Today, "Los estudios han demostrado que el autismo puede ser una enfermedad autoinmune en la medicina evolutiva, hay paradigmas acerca de las enfermedades autoinmunes, enfermedades de la civilización ....
Causado por ... nuestra dieta moderna, que puede causar la inflamación y el estrés diario. "
Comentario del Dr. Mercola:
Durante sus estudios de medicina, incluso en los años 80, el autismo no era un diagnóstico de rutina.
¿Por qué? Bueno, en ese momento sólo uno de cada 100.000 niños era autista, pero desde entonces ha habido un aumento dramático en esta enfermedad. El número de personas diagnosticadas con autismo ha aumentado en los Estados Unidos desde uno a 63 enfermos cada 100.000 personas, aunque estas cifras son de hace varios años.
Resulta sorprendente la conclusión de la encuesta en 2007, que llevó a cabo la Encuesta Nacional de Salud Infantil (NSCH). Esto puso de manifiesto un aumento del 100 por ciento de las denuncias de los padres de los trastornos del espectro autista (TEA) en comparación con sus encuestas a partir del año 2003.
¿Cuáles son los hallazgos de la medicina moderna sobre las verdaderas causas del autismo?
Es evidente que algo está mal. Sin embargo, a pesar de la prevalencia creciente el sistema médico es actualmente su mayor parte inconsciente de lo que puede ser la causa de la epidemia de autismo. La medicina convencional le gusta mostrar con el dedo a la genética, pero la ciencia muestra que sólo el 1 por ciento de los casos el autismo se debe a una mutación genética.
Sin embargo, la financiación para la investigación sobre las causas genéticas del autismo en los Estados Unidos es 10 a 20 veces superior a los recursos que se dan para el examen de las causas ambientales de las enfermedades.
Irva Hertz-Picciotto, profesora, epidemióloga de la Universidad de California, fue quien llevó a cabo un estudio de que la causa del autismo es 7 veces mas alto en un medio de alta contaminación.
Muchos ven como la razón para el aumento en el trastorno autista es demasiado mercurio. Cada persona debe animar a evitar el mercurio en todas sus formas. El único problema que surge de esto es que los científicos más convencionales todavía sólo ven el mercurio como la causa y se ignora todas las otras fuentes de contaminación.
Por lo tanto, parece ser fácil de reducir los trastornos de autismo, pero esto no es realmente el caso. Ha llegado el momento de que la medicina "moderna" está pasando más tiempo con este tema. Desde entonces, más y más se hace evidente que las causas del autismo, no sólo en genética o en la contaminación se puede encontrar con mercurio.
Más centrados en el papel de la inflamación en el autismo
En "Psychology Today", escribió el psiquiatra Emil Dean, MD en sus notas: "La razón por la que nadie es capaz de encontrar una causa específica patológica o una cura para el autismo en todo es que esta enfermedad es multifactorial, parece que una combinación de factores genéticos, ambientales, neurológicos y inflamatorios es responsable del desarrollo de autismo. "
La mejor prueba de la realidad del daño inflamatorio que lleva al autismo, se demostró en un estudio realizado en 2005 por investigadores de la Universidad Johns Hopkins.
Russell Blaylock, MD, tiene también en este estudio sin precedentes señaló en su artículo que "El peligro de la vacunación excesiva durante el desarrollo del cerebro", "El caso de la relación con el autismo" "En el estudio de Vargas et al, fueron evaluados los cerebros de 11 autista examinados a la edad de 5 años a 44 años, y post morten, en comparación con voluntarios sin enfermedad infecciosa activa.
Se encontró en el cerebro de los pacientes autistas una amplia activación de células inflamatorias (astrocitos y microglia). Esto explica el daño cerebral extenso que se observaron en todos los casos de autismo.
Este estudio es uno de los muy bien realizados, estudios completos de las respuestas inmunes en el cerebro de los pacientes autistas que se han llevado a cabo y que incluyeron la inmunocitoquímica, ensayos de citoquinas, proteínas y ensayos ligados a enzimas immunoascobato del tejido cerebral.
Además, los estudios similares llevaron ala evaluación del fluido espinal de los pacientes autistas para la confirmación de una intensa activación inmune y la inflamación.
Junto con el hallazgo de que una inflamación del cerebro que se encuentra a menudo en los pacientes autistas, la enfermedad tiene una enfermedad autoinmune de base y la propia inflamación es una marca famosa de enfermedades autoinmunes.
Que es lo que nos lleva a la inflamación crónica en términos de autismo?
Esta zona está todavía bajo investigación, pero hay alguna evidencia de que las vacunas puedan estar involucradas. Tal vez usted sabe que criticó duramente el estudio de 1998: El estudio de Andrew Wakefield que une la vacuna MMR con enfermedad inflamatoria intestinal y el autismo.
El Dr. Andrew Wakefield es sólo uno de los muchos científicos que han examinado la asociación entre los trastornos del desarrollo y la enfermedad inflamatoria intestinal. Se ha evaluado más de 140 trabajos académicos elaborados por los estudiantes en relación con el mecanismo y la causa de la enfermedad inflamatoria intestinal y publicados extensamente en ella estaban las conexiones del cerebro intestinal en niños con trastornos del desarrollo como el autismo.
Un gran número de estudios también hacen repeticiones por otros investigadores realizadas en todo el mundo confirmó: La conexión entre el cerebro y las condiciones tales como el autismo y los trastornos gastrointestinales. Hubo en 2011 una investigación más que llegó a los mismos resultados que el equipo de Wakefield. A saber, que muchos niños autistas tienen una inflamación intestinal crónica, y que muestran una cepa de vacuna del virus del sarampión en el intestino.
Fuente: Angelina Stroebel / www.pixelio.de
Psychology Today
Revista Internacional de Psiquiatría de diciembre de 2005, 17 (6): 485-495 (PDF)
